domingo, 24 de julio de 2011

Cuentos completos – Flannery O’Connor

Ni un relato había leído de Flannery O’Connor antes de meterme entre pecho y espalda estas ochocientas páginas de literatura de la buena. Mucho hay que decir sobre esta mujer, nacida en el sur de los Estados Unidos y marcada por una enfermedad hereditaria que la consumió muy joven, dejando tras de sí una treintena de relatos y dos novelas. Esos relatos están compendiados en esta edición de Lumen, aunque las traducciones estén repescadas de varios lugares y, por tanto, el tono común que debería imperar a lo largo de las historias se pierda un poco.
Porque el tono de Flannery O’Connor es tan rico y personal que se hace difícil comentar sus relatos sin hacer mención de ello. Su estilo bebe de la riqueza oral de su tierra natal, de Georgia, de los estados del sur que tanto marcaron a Faulkner o a McCullers; una prosa marcada por la jerga intraducible (que en castellano siempre acaba por convertirse en un abominable remedo de andaluz) de los habitantes de unas regiones desoladas geográfica y moralmente, después de muchos años de perder una guerra que les arrebató su orgullo. En los cuentos de la norteamericana los personajes hablan; hablan mucho, aunque no siempre se entiendan, y ese rasgo es fundamental para entrar en la atmósfera que la escritora teje. Tal vez sea éste uno de esos casos en los que la traducción priva de un elemento importante (para familiarizarse con la historia, para vivirla plenamente) al lector.
El diálogo es importante por otro motivo. Los caracteres de los relatos de O’Connor son muy complejos (en tanto ella sabía retratar con precisión los dobleces del alma), pero su expresión es, en muchas ocasiones, simple. El observador leerá entre líneas, sacará conclusiones, pero el personaje se expresa con una llaneza propia de la gente sencilla: la gente que puebla casi toda la producción breve de la autora. Otro acierto más, puesto que para el lector es fácil identificarse con estos seres desamparados, contradictorios, que suscitan una empatía extraña (entre repulsiva y familiar) merced a su cercanía oral.
Esa identificación es sencilla de sentir, pero resulta desasosegante una vez experimentada. Muchos de los personajes de Flannery O’Connor ostentan rasgos que provocan un efecto de atracción, o de comprensión, pero sus personalidades son, en buena parte de los casos, oscuras y caóticas; no tanto por malvadas (como el Desequilibrado de ‘Un hombre bueno es difícil de encontrar’, uno de sus relatos más conocidos) cuanto por torturadas. Así, Manley Pointer, el protagonista de ‘La buena gente del campo’, podría pasar por una perfecta encarnación de la perversidad si no fuera porque su conducta es —considerada in extremis— una salida instintiva a la vida que tiene, a las circunstancias que le rigen. Ruby, en ‘Un golpe de buena suerte’, subvierte la natural felicidad de la maternidad y la transforma en miedo, en dolor y en sufrimiento.
Así mismo, la idea de la salvación (habitual en los narradores sureños) se refleja también en algunos personajes de estos relatos; sin embargo, es retorcida por O’Connor hasta el punto de lograr que la gracia sea tan particular como el personaje mismo. Esa redención puede ser la simple vuelta a su hogar que anhela el viejo Dudley en ‘El geranio’, el orgullo de la genealogía para Mark Fortune en ‘Una vista del bosque’ o el enfrentamiento directo con el mal para Calhoun y Mary Elizabeth en ‘Partridge en fiestas’. La salvación en las historias de Flannery O’Connor no es sencilla, ni sigue unas pautas establecidas (sean cristianas o no), sino que se ajusta a la condición de sus protagonistas, que normalmente la consideran necesaria, pero no están seguros de cómo lograrla.
A veces, esa virtud puede verse reflejada en la inteligencia; la inteligencia reglada, adquirida mediante estudio y esfuerzo. Sin embargo, la autora parece considerar en todos los cuentos que la sabiduría verdadera se encuentra en lo sencillo, en lo puro. No es que sea una idea original el confrontar el saber escolar con el natural, pero O’Connor va un poco más allá y plantea la posibilidad de que, en cierto sentido, la sabiduría de la gente iletrada sea un modo de alcanzar una visión especial —más puro, o certero—, mientras que el estudio y la formación tradicional sólo enturbien la realidad y priven de un conocimiento profundo de la propia alma. Esto ocurre de manera explícita en ‘El barbero’, un tronchante cuento que enfrenta a Rayber, un engreído profesor, con su peluquero, que le vence en su discusión sobre el candidato a votar en las siguientes elecciones. Y es que, como dice el barbero: «Las grandes palabras no le sirven de na a nadie. Lo qu’hay qu’hacer es pensar».
También se puede observar algo similar en ‘Las dulzuras del hogar’, otro relato estupendo y en el que se encuentra también otra característica de las historias de la autora estadounidense: la crudeza de las relaciones familiares. Porque para O’Connor los lazos que unen a las personas son frágiles y, la mayor parte de las veces, casi más fruto del azar que del sentimiento. Por eso el viejo Dudley, o Tanner en ‘El día del Juicio Final’, se encuentran encerrados por sus hijas en pisos de la ciudad; o Asbury enjuicia las creencias de su madre en ‘El escalofrío interminable’; o el hijo de Sheppard descubre que su padre profesa más amor a un delincuente que a él mismo en ‘Los lisiados serán los primeros’. La lista es larga, desde luego.
Y muchas otras cosas se quedan en el tintero, si es que pueden reseñarse en unas líneas. La escritura de Flannery O’Connor está llena de recovecos, de escondites en los que se ocultan muchos sentimientos, muchas verdades. Y están ahí, en los libros, esperando a que las descubramos…

Francesco Alberoni| [fragmento]

Tengo ante mi una carta: «Soy divorciada, con un buen trabajo, no tengo ningún gran amor, no tengo hijos, no tengo ni siquiera padres a los que acudir. Mi vida no es infeliz, por el contrario, está llena de intereses y gratificaciones. Sin embargo, a veces, me pregunto si no soy la personificación de un cierto tipo de egoísmo y de avidez. Entonces me respondo que esta pregunta es sólo el efecto del más estúpido condicionamiento femenino al sacrificio. Las mujeres fuimos educadas desde la infancia durante siglos con la idea de prodigarnos por alguien. En cambio, yo no tengo hijos, no tengo marido, no tengo a nadie por quien afanarme hasta la extenuación y por quien sufrir. Pero el viejo condicionamiento sigue obrando y me hace sentir culpable. Un varón, educado para afirmarse en el mundo, para pensar sólo en sí mismo, no sentiría nada parecido. Estaría feliz y contento, y basta».

Es el egoísmo que trata de justificarse. Algo que hacemos todos, por turno, varones y mujeres, en el intento de legitimar moralmente el interés exclusivo por nosotros mismos. Sin embargo, es un intento que fracasa. Ese sentimiento de culpa, esa sensación de aridez y de vacío que la mujer dice sentir es la prueba de que tampoco su justificación se sostiene. La verdad es otra, elemental y evidente: que todos los seres humanos, mujeres y hombres, tenemos una extraordinaria e implacable necesidad de dedicarnos a algún otro, a alguna otra cosa. Que no podemos tomarnos a nosotros mismos como objeto de amor, de interés y de preocupación: necesitamos dedicarnos a una mujer, a un amante, o bien a una empresa, a un partido, a un libro, acaso incluso sólo a un perro o un gato. En cualquier caso, a algo exterior a nosotros, que no es nuestra persona individual. (...) Una vida que no está “dedicada” carece de sentido.

PSICOANALISIS DE LOS CUENTOS DE HADAS De Bruno Bettelheim

La obra nos muestra como los cuentos de hadas (relatos imaginarios), nos ayudan a desarrollarnos internamente. De ellos se puede aprender mucho más de los problemas internos de los seres humanos y sobre la búsqueda de soluciones correctas a problemas con los que nos podamos encontrar, a partir de otro tipo de historias.
La misión de los cuentos (contribuir al crecimiento interno del niño), será plenamente efectiva cuando éstos son lo suficientemente atractivos como para que el niño se comprometa con ellos y así comenzar el proceso de crecimiento( nos convence por el atractivo resultado de los sucesos, que nos tienta, y por el llamamiento que hace a nuestra imaginación. Además algunos, como La Cenicienta, bajo el contenido básico y superficial se encuentra una complejidad subyacente lo que hace despertar un mayor interés).
Este proceso comienza con la lucha hacia los padres y el temor a la madurez y finaliza cuando el adolescente adquiere una madurez moral (discernir de la bondad de las situaciones, actuaciones, etc) y una independencia emocional (ser capaz de identificar y mostrar tus propios sentimientos) en el caso de los cuentos morales y confianza en uno mismo para llegar a conseguir deseos que en principio parecen inalcanzables, en el caso de los cuentos amorales.

Los cuentos son terapéuticos porque el lector encuentra sus propias soluciones mediante la repercusión que la historia tiene en su propia vida.
El libro nos indica que los cuentos aportan importantes mensajes al consciente, preconsciente e inconsciente, ya que éstos tratan problemas humanos universales y estas historias calan en el niño, concretamente en su pequeño yo en formación, estimulando su desarrollo y al mismo tiempo liberan al preconsciente y al inconsciente de sus pulsiones.
Los cuentos de hadas transmiten a los niños que la lucha ante las dificultades de la vida son inevitables y por ello debemos aprender a superarlas con éxito, no a evitarlas y no como ocurre en los cuentos modernos, en los que se evitan los problemas existenciales que nos ayudan a nuestro desarrollo personal.
También hay que tener en cuenta que la contribución de los cuentos depende de la edad, sexo y estadio de desarrollo que posee el niño e incluso del énfasis que se le otorga al relato de la historia.
Nos ayudan a realizarnos en las distintas etapas o periodos, mediante símbolos y personajes prototípicos que llegan en primera instancia al subconsciente del niño, a través del cual él lo asimilará dependiendo de su estado psicológico y necesidades. Además estos permiten al niño expresar y superar sus temores, ayudándole a no basarse en el principio del placer y actuar conforme al yo según lo aprendido en los relatos, tanto positivo como negativo.
En los mitos (el de Edipo, Hércules, Teseo, etc) el sentimiento principal es único (no habrá ocurrido a ningún otra persona ni de ningún otro modo, y los héroes míticos se presentan sobrenaturales, lo que ayuda a que el niño se sienta menos abrumado) y se presentan hechos que se describen como tal (naturales), al contrario que en los cuentos de hadas (personajes tipificados que se repiten en las historias, relatos parecidos con casi las mismas intenciones, etc) y estos se muestran como fantásticos e improbables. Y el cuento de hadas no nos enfrenta directamente ni nos dice abiertamente qué es lo que hemos de escoger, sino que ayuda a los niños a desarrollar su conciencia a través del contenido de la historia. Además el final es contrapuesto, pues en los mitos es trágico y pesimista, y en los cuentos de hadas feliz y optimista.
Aclarando que ellos realmente no son admonitorios (como podría ser una fábula), es decir, que estos no nos provocan una gran ansiedad para que esta nos haga actuar de modo correcto con el fin de no perjudicarnos. Estos proyectan una personalidad ideal que actúa con las demandas del super-yo, mientras que los cuentos de hadas representan una integración del yo que permite una satisfacción adecuada de los deseos del ello.
Al plasmar en imágenes fantásticas lo que el niño experimenta en su interior, la historia consigue que el niño la vea como una cualidad de verdad.
Las historias de los cuentos de hadas se podrían dividir en dos grupos: el grupo en el que el niño reacciona sólo de modo inconsciente a la vedad inherente del relato, sin poder verbalizar sus impresiones; y el otro en el que el niño capta, a nivel preconsciente o consciente el verdadero sentido y por lo tanto puede comentarlo, aunque en realidad no quiere manifestar lo que sabe.
En el cuento de “El pescador y el Genio” el niño aprende la necesidad de poseer una buena tolerancia a la frustración, que debemos mantener una buena capacidad de esfuerzo y no tirar la toalla a la primera de cambio y por último que si utilizamos bien nuestros propios recursos y medios, siendo astutos, conseguiremos las metas que nos propongamos.
La asimilación de “los tres cerditos” supone para el niño el aprendizaje de las ventajas del crecimiento intelectual y físico, así como que debemos estar alerta y esforzarnos para conseguir una recompensa, aunque ésta sea a largo plazo.
En “la reina de las abejas” el niño aprende a distinguir el concepto de equidad, dando lo que corresponde a cada uno. Por otro lado aprenden que pueden llegar a ser héroes a través de la cooperación con otras partes implicadas, en este caso con los patos, hormigas y abejas.
En el cuento de “los dos hermanitos” representa la manera de integrar la personalidad de una forma diferente a la reina de las abejas. El niño aprende a reconocer sus procesos internos y así aclarar la confusión producida por una dualidad. Por último el niño aprende a adaptarse ante situaciones novedosas, bien sean negativas (el abandono de la casa paterna) bien positivas (la creación de la propia familia).
“Simbad el marino y Simbad el cargador” ayuda al niño a conocerse mejor interiormente y le hace ver las ventajas que obtenemos cuando integramos los aspectos discordantes de nuestra personalidad. No obstante destacar que al formar parte de “Las mil y una noches” el lector se siente decepcionado al no tener el final esperado. Está realizado así para dar continuidad a las siguientes noches.
“Los tres lenguajes” aporta al niño la visión de la evolución personal hasta llegar a la adolescencia, etapa en la que tiene que aprender a pensar, sentir y luchar por uno mismo, comprendiendo todos los elementos del mundo (tierra, agua y aire) y de nuestro interior (ello, yo y super yo).
En el cuento de “Las tres plumas” se desprende el aprendizaje del aprovechamiento de los recursos cuando somos capaces de atender a nuestro inconsciente. Pese a que un niño inteligente se encuentre en un entorno que le trata como a un inútil, saldrá victorioso ante situaciones novedosas para él utilizando sus recursos.
“La guardadora de gansos” enseña al niño el aprendizaje de ser uno mismo para conseguir plena autonomía y construir su propio destino.
2.4 Introducción de los cuentos y estudio de personajes:
Los personajes expresan las naturalezas dispares de las tres instancias psíquicas
(ello, yo y super-yo) encarnadas en personajes diferentes: un hada buena que representa los pensamientos generosos; los impulsos destructivos del niño son concentrados en una bruja malvada; y sus temores, a través de un lobo hambriento.
Estos personajes o son buenos o son malos, no son ambivalentes, no son buenos y malos al mismo tiempo.
Incluso, muchas veces, uno de los padres es bueno y el otro es malo (es el caso de Hansel y Gretel, o de Cenicienta, que se enfrenta a su madrastra, quien la somete a limpiar día y noche, mientras que su padre no se da cuenta de esa situación y ama a su hija incondicionalmente).
  • CAPERUCITA ROJA:
Este cuento trata los deseos agresivos y sexuales en la pubertad, las pasiones humana, y la voracidad oral.
Gracias a la violencia que expone, ayuda a niño a entender que el mundo no es fácil, que para evitar lo que temes, debes enfrentarte a ello. También advierte de que si uno se guía por el principio del placer y su yo, acabará por encontrarse con las consecuencias.
Este contrapone madurez oral del niño controlado con los instintos principales.
La niña necesitaba temporalmente desviarse del camino recto, desafiando a su madre y al super-yo, para alcanzar un estado superior de organización de la personalidad.
Caperucita roja perdió su inocencia infantil al encontrarse con los peligros que su deseos pueden acarrear.
Caperucita roja: es una niña encantadora e inocente, cuyo nombre proviene de la caperuza roja que siempre llevaba porque le sentaba muy bien, y además se la había hecho su abuelita con la que tenía un fuerte vínculo, ya que ésta en el cuento representa, aunque sin ser uno de los puntos de apoyo más importante, a su propia madre. Ambas dos son comidas por el lobo, hecho muy relevante ya que este es de gran impacto para el subconsciente de un niño.
Caperucita está dominada por el ello, a pesar de que se le advierte que no se desvíe de su camino y no se entretenga con las flores, ella no duda en hacerlo. Por una parte esto puede responder a que es infantil y despreocupada, además de que esta dominada como ya he expuesto antes por el ello, por lo que, como cualquier niño, tiene interés y curiosidad por las cosas. Pero por otro lado, se puede interpretar como que ésta no quiere llegar realmente a la casa de su abuelita. Hay que recalcar también que Caperucita sólo deja el principio del placer cuando, por ejemplo, no puede coger más flores, y es entonces cuando se da cuenta de sus obligaciones.
La casa de Caperucita no carece de nada, y ella, puesto que ha pasado ya la fijación oral, lo comparte todo con su abuelita llevándole comida.
El mundo externo no representa para ella un peligro.
Parece que está entrando en la pubertad, ya que, en unas ocasiones da la impresión de que quiere que la seduzcan (como cuando el lobo, aunque ella crea que es su abuelita, le pide que se meta en la cama con él), y en otras parece que le de miedo el enfrentarse a ello como acto de maduración (como cuanto se encuentra al lobo y le da la dirección de su abuelita, dando a entender que este se debe de ir con su abuelita porque es más madura que ella y puede afrontar lo que el lobo requiere). Esta nunca rechaza ni hace ningún movimiento para escapar u oponerse a ello.
Caperucita muestra algunos problemas cruciales que una niña en esa edad debe de resolver si las fijaciones edípticas siguen en el inconsciente, ya que harán que se enfrente a la posibilidad de ser seducida.
Tras haber sido sacada de la barriga del lobo, ya no es una niña y vuelve a la vida convertida en una doncella.
Caperucita roja externaliza los procesos internos del niño que ha llegado a la pubertad
Abuelita: es una señora mayor cariñosa y afable, aunque no es del todo cierto porque, para caperucita, ésta debería representar una figura sólida que la proteja y no lo hace, al contrario, cede a sus propias necesidades sin tener en cuenta lo que le conviene a la niña. Además la abuelita muestra su atracción hacia los hombres y se la transmite a Caperucita dándole una atractiva capa roja (que representa las emociones violentas, sobretodo de tipo sexual).
Cazador: Este representa la figura paterna, fuerte y responsable que salva a Caperucita y a la abuela de la tripa del lobo. Tiene gran importancia en el desenlace del cuento. Es un personaje atractivo tanto para niñas como para niños porque salva al bueno y castiga al malo. Este no se deja llevar por sus emociones, puesto que no mata directamente al lobo, sino que se controla y su yo vence a pesar de los impulsos de ello reprimiéndose y cortando con unas tijeras la barriga del lobo.
Lobo: es un animal mentiroso y egoísta.
Se come a la abuelita aunque ella aparentemente no le ha hecho nada, ni se ha comportado en el cuento de manera malvada, como para que este actúe de esa manera, por lo que se puede pensar que este lo hace con el fin de posteriormente poderse comer a Caperucita, ya que sino no hubiera podido. También existe una interpretación de que no se come a Caperucita en el bosque, porque primero quiere acostarse con ella.
No obstante, en otros cuentos se le trata como una metáfora por lo que pierde gran parte de su potencial ya que no deja nada a la imaginación.
Representa, además de la seducción masculina, las tendencias asociales y primitivas que hay dentro de cada uno de nosotros.
El lobo es la externalizacion de la maldad que el niño experimenta cuando actúa contrariamente a las advertencias de sus padres y se permite tentar o ser tentado en el aspecto sexual.
  • LA BELLA DURMIENTE:
En este cuento se inicia en el adolescente un tiempo de descanso y pasividad, y se encuentra caracterizado porque ayuda a que éste no se preocupe por este lago periodo, ya que posteriormente llegará la pubertad (lo que significa vuelta a la actividad). AL igual que ocurre en el cuento de Blancanieves.
Al llegar e este estado, pierde su inocencia por lo que tendrá que aprender a tener seguridad y vencer sus temores y angustias (representadas, por ejemplo, por animales).
Además simboliza también la pasividad con respecto al sexo, es decir, que en él se da a entender que no hay que tener prisa respecto al sexo, y que no por esta espera las relaciones serán menos satisfactorias.
A parte de las connotaciones y símbolos sexuales, las asociaciones más importantes que representa en el inconsciente del niño se refieren a la menstruación(la “maldición”que sufre la muchacha y el muchacho aunque de distinta forma), observándose en el cuento al caer en un profundo sueño, que se produce como defensa a un contacto sexual prematuro. Al esta alcanzar la plena madurez sexual y, con ello, los 100años de maldición, estará lista para su pretendiente. Aunque este prolongado letargo también tiene otras connotaciones. Al igual que pasa en Blancanieves, que en el ataúd de cristal (o cama en el otro caso) este periodo que el adolescente sufre, es solo eso, un sueño.
Este produce en el niño, por un lado, el logro de la identidad y concordancia entre el ello, el yo, y el super-yo (en la edad temprana del niño), y por otra, una concepción mayor y más rica que se convertirá en el logro de la armonía con el otro para que ambos vivan felices (a partir de la pubertad).
Por lo tanto, este cuento trata, fundamentalmente, el desarrollo de una mujer (autorrealización, menstruación, enamoramiento, relaciones, etc.), en el que el punto culminante para esta es el periodo de letargo (sin el no llegara a conseguirlo).
La bella durmiente: es una adolescente, cuyos padres intentan detener su florecimiento sexual, aunque este se desarrolle inevitablemente, y se encuentra simbolizado en este cuento por todos los años que la muchacha se encuentra “dormida” (que son el proceso de maduración desde el despertar sexual hasta la unión con el príncipe. No obstante, hay que detallar que generalmente en los cuentos de hadas esta unión significa más bien una conjunción de mente y espíritu en la pareja, que una unión de deseo puramente sexual).
La madre: es un personaje verdaderamente importante, pues se representa como la(s) hada(s); está disociada en su aspecto bueno y malo.
La madre (o madrastra) se utiliza en el cuento como una representación del mal, con el fin de que este sea eliminado para que así se desarrolle el bien y, con él, la felicidad.
El príncipe: este es el amante que da el beso a la bella durmiente, el cual rompe el hechizo, produciendo el paso de doncella a mujer.
  • LA CENICIENTA:
Trata la esperanzas y angustias que producen la rivalidad fraterna, en la que aparece el triunfo de la heroína rebajada por las dos hermanastras que abusan de ella.
En la Cenicienta, como en otros cuentos de hadas, permite explicar y aceptar los problemas que uno no desearía que existiera entre los hermanos, representados como hermanastros, aunque también puede generar sentimientos positivos, como en “los dos hermanitos”.
Además Cenicienta no recibe ninguna gratificación, cada vez se le exige más y más, por lo que es niño lo plasmará en su propio conflicto aunque la posición con sus hermanos no parezca dar motivo para ello.
Aquí se ve representado el complejo de Edipo, en el que la niña se siente celosa al no poder estar con su amante (padre).
Este cuento es tan simple como Caperucita, pues trata de los sufrimientos que la rivalidad fraterna origina, la realización de los deseos, del triunfo de todo lo humilde, del reconocimiento del mérito aunque se encuentre oculto (como en Cenicienta con harapos), de la virtud recompensada y del castigo malvado, aunque debemos añadir que a pesar de todo este contenido superficial se encuentran muchos otros detalles que ayudan a nuestras asociaciones inconscientes.
Esta historia pertenece, como ya e expuesto antes, al tipo de historias en las que el niño se jacta de los que se dice realmente en el cuento pero no quiere contarlo, ya que algunos niños al comienzo de leer la obra piensan que los que le sucede a Cenicienta se lo merece pues éstos opinan igual de sí mismos, aunque no quieren que nadie lo sepa y así en el desenlace, cuando la heroína sale airosa del conflicto estos esperan que les suceda lo mismo.
Uno de los mayores atractivos de este cuento es la confianza que nos da la sinceridad de Cenicienta, pues el niño, así, pretende que creamos en la suya.
Cenicienta: es degradada y menospreciada tanto por sus hermanas (rivalidad fraterna) como por su madre. Aunque no se nos muestre que quiera que desaparezca su madre o madrastra, la historia ya la plantea como la mala y el objeto que la tendrá que vencer para que, finalmente se desarrolle el final feliz.
Madrastra: esta se presenta como con dos dualidades: un personaje bueno, y malo.
El primero responde a que Cenicienta la ve como la madre que nunca murió, buena y bondadosa, y el segundo como la posterior mujer que engañó a su padre para casarse con él y la cual le amarga la existencia superponiendo sus principios y los de sus hijas (las hermanastras) a los suyos propios.
Hermanastras: la función de estos personajes es que el niño no se sienta culpable al desear que les ocurran las cosas malas que él desea a sus hermanastras, puesto que estará totalmente justificado al ser estas crueles y despiadadas.


Algo Cambio: Cool hunters

FENOMENOS URBANOS: UN "OFICIO" QUE VIENE DEL EXTERIOR Y AHORA CRECE EN BUENOS AIRES.
Cool hunters, los jóvenes que andan por la Ciudad cazando tendencias

Trabajan para agencias de publicidad o en empresas de productos de consumo masivo. Y recorren las calles detectando comportamientos. Con esos datos se puede definir una campaña o nuevos negocios.

Cámara digital en mano, anotador y birome, una analista de tendencias urbanas registra sus movimientos y concluye. "Hay una vuelta a la naturaleza, con productos que apelan a los sentidos y alimentos funcionales que benefician a la salud. Comer rico, sano y rápido es lo que se busca", define la Licenciada Mariela Mociulsky, psicóloga con estudios de posgrado en investigación de mercado al frente del Área de Tendencias de la consultora CCR. Una de sus tareas: cazar modas urbanas.

Con el radar alerta, los cool hunters —cazadores de tendencias— se multiplican por la Ciudad rastreando hábitos de consumo y estados de ánimo en plazas, bares, recitales, tiendas de diseño, peloteros y canchas de fútbol. Relevan información valiosa: con estas percepciones, las empresas elaboran campañas publicitarias y definen pautas de consumo, entre otras cosas.

El término aún suena novedoso en Buenos Aires, aunque en Europa y Estados Unidos se escucha fuerte desde hace tiempo. Según Richard Welch, analista de tendencias culturales y director general
de Crystal —una empresa que recopila la información de 35 ciudades del mundo a través de 180 cool hunters—, Buenos Aires está en la categoría A, que incluye a "los lugares más influyentes de acuerdo
a su producción de tendencia o cultura global". Comparte el podio junto a Berlín, Nueva York, Tokio y Londres. Le siguen, en la categoría B, Caracas, Miami y Roma. Y en la Cse ubica, entre otras, Punta del Este.

Jueves por la tarde, Galería Ruth Benzacar, Florida al 1000. Bianca Monti y María Lucila D'Amico recorren la muestra de fotos de Marcos López. Se detienen frente a una mujer carnicera, con su
delantal enchastrado de sangre y un cuchillo en la mano. "Las barreras entre lo femenino y lo
masculino se están corriendo, la tendencia es que se abre el juego, que las mujeres también pueden estar en el lugar de los hombres", ensayan, con sus 21 años.

Estudian publicidad en la Escuela Superior de Creativos Publicitarios, que este año estrenó una
alianza con CCR para realizar 25 pasantías. "Queremos formar un equipo de jóvenes que pueda
salir a pescar los códigos de la Ciudad y que le puedan dar sentido a lo que ven", señala Mociulsky. "Para mí es natural analizar y procesar la información. Ojalá se convierta en un oficio", sueña D'Amico, jeans de tiro bajo, zapatillas de marca, remeras superpuestas. En "La Escuelita", así se la conoce entre los publicitarios, la matrícula aumentó un 17% en 2005. "El descubrimiento, la anticipación y el análisis
de tendencias tendrán un espacio exclusivo a partir de 2006 en materias específicas", apunta Adriana Amante, la directora.

La formación de estos recolectores de usos y costumbres también es materia de estudio en la Universidad de Palermo. "En mi cátedra de Diseño de Indumentaria, establecemos sistemas de relevamiento donde los alumnos investigan tribus urbanas consolidadas, emergentes y latentes para luego armar su propia colección", explica Gustavo Lento.

Nestlé, Fargo, Coca-Cola, Sprite, Nobleza Piccardo, Lucky Strike, MTV y Levi's, entre otras, contratan los servicios de los cool hunter. ¿De dónde sale el nombre? Lo creó la revista New Yorker en 1997 para describir el trabajo de Dee Dee Gordon, la pionera en esta especialización, que cruzaba todos los datos obtenidos y los volcaba en su agencia de tendencias Look-Look. Aunque cool en inglés significa "calma", refiere a una expresión cultural ligada a la raza negra como forma de autoexpresión.

¿En qué se traducen estas manifestaciones callejeras? "Se inspira diseño, contenidos de publicidades o consumos culturales, desarrollo de nuevos productos y mayor acercamiento a los segmentos a los que se dirigen las empresas, que cada vez están más interesadas en tener una guía de la sociedad argentina para accionar programas de responsabilidad social. Por eso no nos quedamos sólo en el retrato de los segmentos con poder adquisitivo. Estamos iniciando un curso de cool hunters para poblaciones de bajos recursos", apunta Mociulsky (ver recuadro).

La agencia de publicidad Young & Rubicam suele apelar a estos informes para armar su propia base
de datos y "utilizarla para todas las cuentas", comenta Clarisa Caraballo, supervisora del Departamento de Marketing. Los escenarios porteños que marcan tendencia, como lanzamientos, eventos, desfiles y muestras de arte también son observados por el equipo de periodistas, sociólogos, diseñadores y músicos que reportan para la agencia Ogilvy. "El espíritu es recorrer circuitos tradicionales y no tradicionales", dice Mariana Bricchetto, directora de Planning Argentina.

Una de las pioneras que rastrea tendencias en las calles porteñas es Kiwi Sainz. Entre sus últimas pesquisas, detectó para una marca de helados "la importancia que tenía para los chicos parar en el quiosco, como un mundo de socialización". La caída del consumo de alcohol en Capital, luego de la ley seca, la moda de las bebidas energizantes en los boliches y hasta la actitud de los alumnos del Buenos Aires y el Pellegrini también es materia de estudio de estos analistas.

Jueves por la noche. Otra vez Florida. Bares, shopping, espectáculos en la calle. Las antenas de las cool se orientan hacia una perfumería que promociona la última fragancia de Valentino con una modelo seidesnuda soplando plumas rojas dentro de la vidriera. Concentrada en su baile sensual, quizá nunca se entere de que se convertirá en la musa inspiradora de una nueva forma de comunicar productos, ideas, conceptos....CAMBIOS