martes, 12 de julio de 2011

El mito de narciso

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NARCISO era un joven muy bello hijo del río Céfiso y de la ninfa Liríope. Debido a su gran belleza 
todas las personas que le rodeaban, incluidos muchachos, se enamoraban de él pero Narciso rechazaba a todos con idéntico desdén. Una de las mujeres que sufrió su abandono fue ECO, quien se consumió en unas rocas intentando consolar su sufrimiento. A causa de los males que Narciso había provocado a ECO, la diosa de la venganza divina, NÉMESIS, castigó a Narciso haciendo que se enamorara de sí mismo, a través de su propia imagen reflejada en las aguas. Pasó el tiempo en esta posición, y sujeto por su pasión, terminó tirándose a las aguas y muriendo ahogado. Donde su cuerpo cayó creció una bonita flor que hizo honor a su nombre y a su belleza.

ESTE TRISTE MITO GRIEGO HABLA DE PASIÓN Y RECHAZO, Y MUESTRA CÓMO LA REPRESALIA Y LA VENGANZA, LEJOS DE OFRECER CONSUELO, TAN SOLO INCREMENTAN LA AGONÍA. Y LO QUE ES MÁS IMPORTANTE, IMPLICA QUE SI NO NOS CONOCEMOS A NOSOTROS MISMOS, PODEMOS PASAR LA VIDA BUSCANDO ESTE CONOCIMIENTO SUMIDOS EN LA AUTOOBSESIÓN, LO QUE SICNIFICA QUE NO SEREMOS CAPACES DE OFRECER AMOR A LOS DEMÁS
ECO Y NARCISOLa tragedia del amor narcisista
HABÍA una vez un joven llamado Narciso. Su madre, ansiosa por averiguar el destino de su hijo, consultó al adivino ciego Tiresias. «¿Vivirá hasta la ancianidad?», le preguntó.

«Hasta tanto no se conozca a sí mismo», replicó Tiresias. De modo que la madre se aseguró de que el hijo no viera nunca su imagen en el espejo. Al crecer, el chico resultó ser extraordinariamente hermoso y despertaba amor en todos cuantos lo conocían. Aunque nunca había visto su cara, podía adivinar a través de las reacciones ajenas que era bello; pero nunca se sentía seguro, de modo que para ganar confianza y seguridad en sí mismo dependía de que los demás le dijeran cuan bello era. En consecuencia, se convirtió en un joven absorbido por su propia persona.

Un día, Narciso se puso a caminar por el bosque a solas. Ya entonces había provocado tantos halagos que comenzó a creerse que nadie era digno de mirarlo. En el bosque vivía una ninfa llamada Eco. Esta había disgustado a la poderosa diosa Hera por parlotear demasiado; exasperada, Hera le había arrebatado el poder del habla excepto para responder a la voz de otro. E incluso entonces, solo podía repetir la última palabra pronunciada. Eco hacía tiempo que se había enamorado de Narciso, y lo siguió por los bosques esperando que le dijera algo porque, de otro modo, ella no podía hablarle. Pero aquel se hallaba tan envuelto en sus propios pensamientos que no notó que ella lo seguía a todos lados. Finalmente, Narciso se detuvo al lado de una laguna, en un bosque, para apagar su sed, y ella aprovechó la ocasión para sacudir unas ramas y atraer su atención.

—¿Quién está ahí? —gritó él.

—¡Ahí! —regresó la respuesta de Eco.

—¡Ven aquí! —dijo Narciso, bastante irritado.

—¡Aquí! —repitió ella, y corrió desde los árboles, extendiendo sus brazos para abrazarlo.

—¡Vete! —gritó airado—. ¡No puede haber nada entre alguien como tú y el bello Narciso!

—¡Narciso! —suspiró Eco tristemente; y desapareció avergonzada, murmurando una oración silenciosa a los dioses para que este joven orgulloso pudiera algún día saber lo que significaba amar en vano. Y los dioses la oyeron.

Narciso regresó a la laguna para beber y observó el rostro más perfecto que había visto nunca. Instantáneamente se enamoró del impresionante joven que tenía delante. Se sonrió, y el bello rostro le devolvió la sonrisa. Se inclinó hacia el agua y besó los rosados labios, pero su contacto rompió la clara superficie y el bello joven se desvaneció como un sueño. Tan pronto como se retiró y se quedó quieto, la imagen regresó.

—¡No me desprecies de ese modo! —le suplicó Narciso a la imagen—. Soy el que todos los demás aman en vano.

—¡En vano! —gritó Eco desde el bosque con tristeza.

Una y otra vez Narciso se acercó a la laguna para abrazar al bello joven, y en cada ocasión, como si de una burla se tratara, la imagen desaparecía. Narciso pasó horas, días y semanas contemplando el agua, sin comer ni dormir; tan solo murmuraba:

—¡Hay de mí!

Pero las únicas palabras que le llegaban eran las de la infeliz Eco. Por último, su apesadumbrado corazón dejó de latir y quedó frío e inmóvil entre los lirios acuáticos. Los dioses se conmovieron ante la visión de tan bello cadáver y le transformaron en la flor que ahora lleva su nombre.

En cuanto a la pobre Eco, que había invocado semejante castigo en su frío corazón, no obtuvo de su oración nada sino dolor. Se consumió hasta que no quedó nada de ella excepto su voz; e incluso hoy en día solo se le deja decir la última palabra pronunciada.


COMENTARIO.

Hay algunos temas profundos encerrados en este conocido mito. Narciso es un hijo muy querido, y su madre, ansiosa por conocer su futuro, consulta a un adivino cuando todavía es muy pequeño. Este le advierte que, si quiere llegar a la edad madura., no puede conocerse. De modo que su madre, intentando confundir al destino (lo que siempre termina siendo una mala idea), le mantiene protegido e ignorante de todo, ajena al hecho de que de ese modo, ella misma está trazando su destino. Al crecer, Narciso se torna desconsiderado y absorto en sí mismo, debido a que toda su energía la dedica a afirmar su identidad a través de los ojos de los demás. A causa de ser tan bello, todos le perdonan su comportamiento arrogante. Nunca se ha visto a sí mismo. Lo único que sabe es que todos los que lo rodean lo halagan demasiado y, por lo tanto, asume que es mejor y más importante que los demás, con lo que los trata con desdén. Debajo de este desdén hay una profunda dependencia y una corrosiva duda de sí; ¿pues cómo podemos valorarnos si no conocemos quién ni qué somos?

Entonces Eco se enamora de él. La incapacidad de esta para comunicarse la ha convertido en ingenua y vulnerable, pues solo a través de la comunicación podemos llegar a conocer lo que piensan y sienten los demás. Podemos conjeturar que Hera la castigó debido a que hablaba demasiado y escuchaba poco; de modo que, de hecho, nunca podía comunicarse. Eco se enamora de una cara bella; no conoce nada sobre la naturaleza interior del joven. Cuando Narciso la rechaza, provoca en ella crueldad y cólera. Reza por conseguir la venganza; y Narciso es condenado a terminar su vida tan trágicamente como ella. En definitiva, ambos sufren: Narciso por su autoobsesión, y Eco por su ira silenciosa.

Una lección importante que podemos extraer de este mito es que el amor solo puede florecer en una atmósfera en la que prevalezca el entregar sobre el recibir; y esto solo puede ocurrir cuando ambas personas están conscientes de si mismas y son capaces y desean comunicarse. El término «narcisismo» se utiliza en psicología para describir a una persona que es incapaz de relacionarse con alguien distinto a sí misino. Normalmente, este es el resultado de una educación en la que se malogra y se encorseta al niño; nunca se le ve como individuo y, por lo tanto, él nunca aprende a verse a sí mismo. Si no nos valoramos como verdaderas personas, no podremos confiar nunca en el amor de los demás, y menos ofrecerles el nuestro. Este mito nos alerta de que semejante autoobsesión puede conducir a la crueldad, al estancamiento y a la pérdida de todo crecimiento futuro y todo potencial creativo; en otras palabras, a una muerte psicológica.

La inclinación natural del niño a la autoabsorción, moderada por una conciencia creciente de los límites y la comunicación honesta de la familia, darán origen, finalmente, a una autoestima saludable. Todos necesitamos sentirnos especiales v amados, pero siempre con relación a quiénes realmente somos, no con relación a una fantasía idealizada de perfección. Muchas relaciones fracasan o generan gran crueldad e infelicidad porque ninguna de ambas partes han sido nunca amadas como ellas mismas. Han sido niños «divinos», destinados a ser el sueño de sus padres, y adorados por lo que pueden ofrecer para los padres, en lugar de por lo que son en sí mismos. Así sucede que, en la niñez, no han experimentado un reconocimiento auténtico como personas y, en la edad adulta, están buscando constantemente el llenar una terrible sensación interna de vacío suscitando el amor de otros para despues rechazarlo cuando se acuerdan de que carecen de valores. Eco y Narciso son dos caras de la misma moneda, cada uno reflejando la irrealidad del otro.

Las vidas amorosas infelices de muchas «figuras» públicas son testimonios vivientes de este hambre voraz de amor, que está llamado a reemplazar a lo que era una carencia en los primeros años de vida: la sensación de ser real como uno mismo. Es posible que todos tengamos un poco de narcisismo, y es posible que esto nos impulse a sacar el mejor partido de nuestros dones. Pero lo poco se convierte en mucho; y cuando la autoabsorción como defensa contra la vacuidad se apodera de una relación, el amor sale por la ventana.

Cuando nos convertimos en Narciso, no vemos al amante; estamos enamorados de la experiencia embriagante de que alguien está enamorado de nosotros. Es posible que tratemos cruelmente a los demás cuando ese vacío ya conocido se deslice en nuestro interior, a pesar de las afirmaciones del amante, porque puede que temamos que este descubra lo que tememos de nosotros mismos.

Cuando nos convertimos en Eco, nos enamoramos de una imagen idealizada de lo que desearíamos ser, y puede que nos traten cruelmente si tenemos tan poco valor propio que solo podemos hacernos eco del ser amado. La venganza de Eco termina causándole más pesar a sí misma. Ella tampoco crece, sino que queda permanentemente congelada en un estado de amor no correspondido y de ira, que la va consumiendo hasta su extinción. Por desgracia, es probable que todos los abogados matrimoniales hayan oído muchas veces la historia de Eco y Narciso.

Algo Cambio: Cool hunters

FENOMENOS URBANOS: UN "OFICIO" QUE VIENE DEL EXTERIOR Y AHORA CRECE EN BUENOS AIRES.
Cool hunters, los jóvenes que andan por la Ciudad cazando tendencias

Trabajan para agencias de publicidad o en empresas de productos de consumo masivo. Y recorren las calles detectando comportamientos. Con esos datos se puede definir una campaña o nuevos negocios.

Cámara digital en mano, anotador y birome, una analista de tendencias urbanas registra sus movimientos y concluye. "Hay una vuelta a la naturaleza, con productos que apelan a los sentidos y alimentos funcionales que benefician a la salud. Comer rico, sano y rápido es lo que se busca", define la Licenciada Mariela Mociulsky, psicóloga con estudios de posgrado en investigación de mercado al frente del Área de Tendencias de la consultora CCR. Una de sus tareas: cazar modas urbanas.

Con el radar alerta, los cool hunters —cazadores de tendencias— se multiplican por la Ciudad rastreando hábitos de consumo y estados de ánimo en plazas, bares, recitales, tiendas de diseño, peloteros y canchas de fútbol. Relevan información valiosa: con estas percepciones, las empresas elaboran campañas publicitarias y definen pautas de consumo, entre otras cosas.

El término aún suena novedoso en Buenos Aires, aunque en Europa y Estados Unidos se escucha fuerte desde hace tiempo. Según Richard Welch, analista de tendencias culturales y director general
de Crystal —una empresa que recopila la información de 35 ciudades del mundo a través de 180 cool hunters—, Buenos Aires está en la categoría A, que incluye a "los lugares más influyentes de acuerdo
a su producción de tendencia o cultura global". Comparte el podio junto a Berlín, Nueva York, Tokio y Londres. Le siguen, en la categoría B, Caracas, Miami y Roma. Y en la Cse ubica, entre otras, Punta del Este.

Jueves por la tarde, Galería Ruth Benzacar, Florida al 1000. Bianca Monti y María Lucila D'Amico recorren la muestra de fotos de Marcos López. Se detienen frente a una mujer carnicera, con su
delantal enchastrado de sangre y un cuchillo en la mano. "Las barreras entre lo femenino y lo
masculino se están corriendo, la tendencia es que se abre el juego, que las mujeres también pueden estar en el lugar de los hombres", ensayan, con sus 21 años.

Estudian publicidad en la Escuela Superior de Creativos Publicitarios, que este año estrenó una
alianza con CCR para realizar 25 pasantías. "Queremos formar un equipo de jóvenes que pueda
salir a pescar los códigos de la Ciudad y que le puedan dar sentido a lo que ven", señala Mociulsky. "Para mí es natural analizar y procesar la información. Ojalá se convierta en un oficio", sueña D'Amico, jeans de tiro bajo, zapatillas de marca, remeras superpuestas. En "La Escuelita", así se la conoce entre los publicitarios, la matrícula aumentó un 17% en 2005. "El descubrimiento, la anticipación y el análisis
de tendencias tendrán un espacio exclusivo a partir de 2006 en materias específicas", apunta Adriana Amante, la directora.

La formación de estos recolectores de usos y costumbres también es materia de estudio en la Universidad de Palermo. "En mi cátedra de Diseño de Indumentaria, establecemos sistemas de relevamiento donde los alumnos investigan tribus urbanas consolidadas, emergentes y latentes para luego armar su propia colección", explica Gustavo Lento.

Nestlé, Fargo, Coca-Cola, Sprite, Nobleza Piccardo, Lucky Strike, MTV y Levi's, entre otras, contratan los servicios de los cool hunter. ¿De dónde sale el nombre? Lo creó la revista New Yorker en 1997 para describir el trabajo de Dee Dee Gordon, la pionera en esta especialización, que cruzaba todos los datos obtenidos y los volcaba en su agencia de tendencias Look-Look. Aunque cool en inglés significa "calma", refiere a una expresión cultural ligada a la raza negra como forma de autoexpresión.

¿En qué se traducen estas manifestaciones callejeras? "Se inspira diseño, contenidos de publicidades o consumos culturales, desarrollo de nuevos productos y mayor acercamiento a los segmentos a los que se dirigen las empresas, que cada vez están más interesadas en tener una guía de la sociedad argentina para accionar programas de responsabilidad social. Por eso no nos quedamos sólo en el retrato de los segmentos con poder adquisitivo. Estamos iniciando un curso de cool hunters para poblaciones de bajos recursos", apunta Mociulsky (ver recuadro).

La agencia de publicidad Young & Rubicam suele apelar a estos informes para armar su propia base
de datos y "utilizarla para todas las cuentas", comenta Clarisa Caraballo, supervisora del Departamento de Marketing. Los escenarios porteños que marcan tendencia, como lanzamientos, eventos, desfiles y muestras de arte también son observados por el equipo de periodistas, sociólogos, diseñadores y músicos que reportan para la agencia Ogilvy. "El espíritu es recorrer circuitos tradicionales y no tradicionales", dice Mariana Bricchetto, directora de Planning Argentina.

Una de las pioneras que rastrea tendencias en las calles porteñas es Kiwi Sainz. Entre sus últimas pesquisas, detectó para una marca de helados "la importancia que tenía para los chicos parar en el quiosco, como un mundo de socialización". La caída del consumo de alcohol en Capital, luego de la ley seca, la moda de las bebidas energizantes en los boliches y hasta la actitud de los alumnos del Buenos Aires y el Pellegrini también es materia de estudio de estos analistas.

Jueves por la noche. Otra vez Florida. Bares, shopping, espectáculos en la calle. Las antenas de las cool se orientan hacia una perfumería que promociona la última fragancia de Valentino con una modelo seidesnuda soplando plumas rojas dentro de la vidriera. Concentrada en su baile sensual, quizá nunca se entere de que se convertirá en la musa inspiradora de una nueva forma de comunicar productos, ideas, conceptos....CAMBIOS