Aunque muchos medios de comunicación afirman que se retiró de las tablas en el año 2002, sus presentaciones, tours y montajes actuales dicen lo contrario. Como él mismo afirma, nació para bailar pues de la unión de su cuerpo con la música y el movimiento siente que alcanza su plenitud como ser humano. Hoy en día, busca ampliar sus horizontes artísticos, participando en proyectos teatrales, televisivos y cinematográficos, en los que su talento ha quedado evidenciado.
Baryshnikov nació el 27 de Enero de 1948 en Riga, Letonia, en el seno de una familia disfuncional. Sus padres nunca se casaron y pronto se separaron. Su madre pronto se volvió a casar y de su segundo matrimonio nacieron 2 hijos, sin embargo tanto ella como su segundo esposo murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Su padre era un militar de alto rango, encargado de adiestrar a los nuevos soldados de la academia militar de Riga.
Sus inicios en la danza fueron totalmente espontáneos. En una entrevista realizada por Larry King para la cadena CNN, Mikhail contó que un desfile con motivo del Día de la Revolución Socialista, al que él y su familia asistían para a ver a su padre marchar, se reunían los civiles y bailaban danzas típicas rusas o ucranianas; repentinamente, como por instinto se unió al grupo sin estar invitado y terminó llevándose las ovaciones del baile. Una vez descubierta su vena, sus padres buscaron de canalizar su talento de forma académica.
Es así que comienza sus estudios de ballet en Riga a los nueve años de edad, de allí pasa a la escuela de ballet del Kirov de Leningrado, hoy San Petesburgo, en donde se graduó y para la cual se convirtió, rápidamente, en bailarín principal en el año 1969. Con el Kirov, se dio a conocer al mundo; su brillante técnica, calidad interpretativa y asombrosos saltos fueron reconocidos por todos los críticos, que no tardaron en considerarlo una estrella del ballet clásico. Sin embargo y de forma paralela, Misha sentía que su experiencia dentro de la estructura formal de la danza soviética estaba cercando sus límites. El joven bailarín ambicionaba conocer, aprender nuevos estilos, nuevas coreógrafos, nuevas formas de bailar que estaban muy lejos de tierras soviéticas.
De allí en adelante, llegar al mundo occidental sería su objetivo, el único inconveniente era cómo escapar de la vigilancia de la KGB.
En 1974 a la edad de 26 años, Baryshnikov fue invitado a participar en una corta gira por Canadá con otros jóvenes promesas del ballet ruso; una vez en Toronto, Misha pidió ayuda a varios amigos norteamericanos quienes lo pusieron en contacto con un joven abogado canadiense, quien le explicó todas las opciones que tenía y lo que debía hacer para solicitar asilo político. Él sólo debía bailar sin levantar sospechas, terminar su espectáculo y tomar un carro hasta la autopista en donde lo estarían esperando para ayudarlo a escapar.
La única preocupación de Baryshnikov en ese momento no era, ni el carro esperándolo fuera del teatro, ni su desempeño en la escena; sino su padre y hermanos en Rusia, quienes luego de su deserción serían duramente escrutados e interrogados por la KGB. Sin contar la humillación por la que pasaría su padre como militar cuando se supiera que su hijo había huido siéndole infiel a la patria.
A pesar de eso, Misha siguió adelante y años más tarde pudo contactar a su padre y sus hermanos.
Una vez en Canadá, Mikhail Baryshnikov bailó un tiempo con el Ballet Nacional de Canadá, hasta que se trasladó a Nueva York donde comenzó su nueva vida bajo cielos de libertad.
Balanchine su nuevo mentor
Llegado a la gran manzana, Baryshnikov comenzó a bailar en el American Ballet Theatre (ABT) como bailarín principal. Allí participó en innumerables repertorios clásicos, tales como: Don Quijote, El Cascanueces, La Bella Durmiente, El lago de los Cisnes, etc. junto con Natalia Makarova su pareja artística preferida. Según ha declarado varias veces Mikhail, con Natalia había una química especial que hacía que los pas de deux reflejaran una intensidad y sorpresa increíbles.
En 1979, Misha se mudó del American Ballet Theare hacia el New York City Ballet para trabajar con el reconocido coreógrafo George Balanchine, con quien amplió sus horizontes en cuanto a técnica y estilos coreográficos. En el New York City Ballet, hizo pareja con la bailarina Gelsey Kirkland, con quien bailó casi todas las piezas existentes en el ballet clásico y en el repertorio de Balanchine.
En 1980, luego de la repentina muerte de Balachine, Baryshnikov regresa al American Ballet pero esta vez no sólo como Bailarín principal sino como Director Artístico de la compañía, puesto que ocupó hasta 1990.
Una vez fuera de las filas del ABT, Mikhail decidió darle un giro a su carrera, orientada hacia otros estilos de la danza. Desde ese momento, comenzó a crear coreografías más modernas que a su vez se adaptaban mejor a su madurez personal y experiencia artística; es así como surge White Oak Dance Project, (WODP), su propia compañía fundada conjuntamente con el coreógrafo americano Mark Morris. Dicho por él mismo, White Oak Dance Project nació del deseo de darle un vuelco a las producciones artísticas. Con este proyecto, Misha ha fomentado nuevas formas de danza, promoviendo el entrenamiento de nuevos bailarines, coreógrafos y artistas en nuevas disciplinas experimentales o que están interrelacionadas con la danza como es el caso del teatro, la música y el cine.Entre el repertorio de White Oak Dance Project se encuentra Forbidden Christmas or The Doctor and The Patient, The Show de Achilles Heels, entre otras. Actualmente, Misha está centrando sus esfuerzos en la apertura de un nuevo centro ubicado en el lado oeste de Nueva York, donde pretende extender la misión propuesta con WODP de apoyar a jóvenes talentos nacionales y extranjeros que lleguen a Nueva York con la idea emerger o darse a conocer con nuevas propuestas artísticas.
El otro lado de su vida
Aunque muchos autores señalan que se ha casado tres veces, Mikhail Baryshnikov sigue siendo un hombre soltero, pero comprometido con su novia de hace más de 15 años, Lisa Rinehart con quien tiene tres hijos. Su hija mayor es fruto de su noviazgo con la actriz Jessica Lange con quien sigue mantieniendo una relación muy cercana.
Paradójicamente, ninguno de sus hijos heredó su pasión y talento por la danza; su hijo varón es jugador de jockey, sus dos hijas pequeñas son buenas gimnastas y la mayor está por entrar a la universidad.
A parte de su vida artística dedicada al mundo de la danza, Baryshnikov ha participado como actor en cuatro producciones cinematográficas, "Turning Point" (1977), "White Nights" (1985), The Cabinet of Dr. Ramirez (1991) y "Company Business" (1991). Por su participación en "Turning Point" fue nominado al Oscar como mejor actor secundario.
También se hizo acreedor de un premio Tony por su participación en la obra teatral de Broadway "Metamorfosis" de Frank Kafka. Su última aparición como actor la hizo recientemente en la pantalla chica en la afamada serie "Sex and the City" en el personaje de Aleksandr Petrovsky, el último novio de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker).
Su objetivo va "más allá de la vanguardia o de avances técnicos" y busca "conmover al público", explicó. "Todo lo demás es una pérdida de tiempo". A sus 58 años, el bailarín aparecerá en el escenario "dos tercios del tiempo de espectáculo" y ofrecerá su baile en solitario y con los miembros del cuerpo de baile, formado por 13 artistas, "muchos de los cuales son estudiantes o acaban de terminar su formación", comentó.
En enero cumplirá 60 años y por su mente no pasan las palabras "retirada" o "jubilación". Y es que asegura: "Mientras que haya coreógrafos que me ofrezcan material para la edad que tengo seguiré bailando".
Asimismo, no duda en aclarar que si actúa poco "no es por la edad", es porque prefiere "preparar nuevos proyectos a lo largo del año y bailar en verano". Además, la mayor parte del tiempo lo dedica a gestionar la Baryshnikov Dance Foundation y el Baryshnikov Arts Center de Nueva York, con los que apoya a jóvenes talentos de todo el mundo.
Baryshnikov, que ofreció una rueda de prensa acompañado por la también veterana Ana Laguna, cree que este centro que dirige "es una forma de ayudar a obtener éxito a los jóvenes y una manera de compartir ideas".
Una de las últimas en compartir ideas con él será la sevillana María Pagés, Premio Nacional de Danza 2002, que impartirá una taller de una semana en el Baryshnikov Arts Center, "mostrando lo que el flamenco comparte con el resto de las danzas", y estrenando un nuevo espectáculo.
María Pagés no es la única española que pasa por el centro, ya lo hicieron este año "un grupo de artistas catalanes, como lo han hecho alemanes y franceses, y en breve lo harán de Rusia", su antiguo país.