sábado, 30 de julio de 2011

Eduardo Galeano; "He vuelto sin haberme ido".



Los siempres
Yo estaba recién llegado. Hacía ocho años que no entraba en Buenos Aires.
Nadie sabía. Sólo el amigo que me estaba acompañando en esa primera mañana.
Fuimos en busca de mi café, el café Ramos, y no lo encontramos, o mejor dicho, lo encontramos pero ya no era. Y entonces fuimos hasta la casa donde yo había vivido, en la calle Montevideo, por el puro gusto de mirarla desde la vereda. Y en eso estaba yo, ceremonia secreta, cuando mi amigo me preguntó qué se había hecho de un cuadro que estaba colgado en mi cuarto, sobre la cama.
El cuadro era un puerto, un puerto montevideano para llegar, no para irse; y yo le estaba diciendo a mi amigo que no sabía adonde había ido a parar ese cuadro, quizá perdido como tantas otras
cosas, y le estaba diciendo que tampoco sabía qué sería de la vida del pintor, Emilio, tan hermano, y entonces, mientras hablaba de Emilio, me di vuelta y lo vi: Emilio venía caminando, como llamado, hacia el exacto lugar, esa esquina entre las miles de esquinas de la ciudad inmensa y en ese momento exacto.
Y yo me dije: "He vuelto sin haberme ido".

Los jamases
Me faltaron personas, amigos que ya no están en Buenos Aires ni en ninguna parte. Desaparecieron. Los desapareció la santa inquisición de los militares, el exorcismo de sangre contra el porfiado diablo de la rebeldía popular.
Y me faltaron lugares. El Bachín ya no estaba donde antes estaba y un pedrerío me esperaba en lugar del viejo mercado donde yo solía ir a ver aromas y respirar colores. Me quedé con las ganas de la sopa de pescado en la esquina de casa, donde ya no están los vascos; y supe que ya no habrán fuentes de caracú ni madrugadas en El Tropezón.

La Herencia
Encontré la moneda nacional reducida a un espejismo. Con un billete de un millón de pesos pagué el diario y el tipo del quiosco no se desmayó.
En el diario leí que la tasa de interés acababa de subir medio punto en Estados Unidos, medio punto nada más, cosa de nada, y ese humilde medio punto aumentaba en 250 millones de dólares la deuda externa argentina. Mala noticia, pensé, para los millones de trabajadores que tienen que pagarla. Excelente noticia, en cambio, para la minoría que guarda en bancos norteamericanos las ganancias arrancadas al país en todos estos años y que todavía dedica a la especulación sus días y sus insomnios.
Para bajar los salarios a la mitad, la dictadura tuvo que multiplicar la deuda por seis. Sin una cosa, no era posible la otra. Es mucho y caro el combustible de la máquina del terror. Y mientras tanto, volaban los dólares. Igual que en Chile, igual que en Uruguay: los amos de afuera te prestan lo que te roban los amos de adentro; y después tenés que pagar el garrote que te golpea y el lujo que te humilla. Robin Hood al revés, rey Midas en negativo: un sistema que roba a los pobres para dar a los ricos y que convierte en basura todo lo que toca. Luchar por cambiarlo, ¿no es lo que merece y exige el buen oxígeno de la democracia, para que ése buen oxígeno siga siendo y sea más? Quien eso cree, ¿es sospechoso de terrorismo o gil a cuadros? Quien eso dice, ¿atenta contra la democracia y el buen gusto?

El túnel del tiempo
Amigos de hace treinta años, de cuando yo estrené los pantalones largos en las manifestaciones callejeras, me estaban esperando en Montevideo. Hacía once años que no los veía, y desde entonces había llovido mucha ceniza sobre el Uruguay. La tortura se había convertido en costumbre, la solidaridad en delito y la delación en virtud; la mentira y la desconfianza se habían hecho necesidades cotidianas y el miedo y el silencio, modos de vida. Pero no bien los vi supe que esos viejos amigos seguían siendo capaces de indignación y de asombro y de chiquilín entusiasmo, y que ahora tenían todas las edades a la vez.
Busqué algunas placitas de mi infancia, que eran de puro pasto, y las encontré tapadas de cemento. La dictadura uruguaya, que sueña con un mundo quieto, adora el cemento. Y con toda razón desconfía del pasto y de cuanto crece y se mueve. Con toda razón odia a los jóvenes.
Los muchachos se asoman a un país arrasado, donde encontrar trabajo resulta una hazaña y sobrevivir un milagro, pero no asisten de brazos cruzados a la desgracia nacional. El sistema quiso castrarlos, y ellos son los más fecundos. Quiso callarlos, y son los más decidores. Fracasaron quienes prohibieron el agua porque no pudieron, porque nadie puede, prohibir la sed.
Eduardo Galeano

Algo Cambio: Cool hunters

FENOMENOS URBANOS: UN "OFICIO" QUE VIENE DEL EXTERIOR Y AHORA CRECE EN BUENOS AIRES.
Cool hunters, los jóvenes que andan por la Ciudad cazando tendencias

Trabajan para agencias de publicidad o en empresas de productos de consumo masivo. Y recorren las calles detectando comportamientos. Con esos datos se puede definir una campaña o nuevos negocios.

Cámara digital en mano, anotador y birome, una analista de tendencias urbanas registra sus movimientos y concluye. "Hay una vuelta a la naturaleza, con productos que apelan a los sentidos y alimentos funcionales que benefician a la salud. Comer rico, sano y rápido es lo que se busca", define la Licenciada Mariela Mociulsky, psicóloga con estudios de posgrado en investigación de mercado al frente del Área de Tendencias de la consultora CCR. Una de sus tareas: cazar modas urbanas.

Con el radar alerta, los cool hunters —cazadores de tendencias— se multiplican por la Ciudad rastreando hábitos de consumo y estados de ánimo en plazas, bares, recitales, tiendas de diseño, peloteros y canchas de fútbol. Relevan información valiosa: con estas percepciones, las empresas elaboran campañas publicitarias y definen pautas de consumo, entre otras cosas.

El término aún suena novedoso en Buenos Aires, aunque en Europa y Estados Unidos se escucha fuerte desde hace tiempo. Según Richard Welch, analista de tendencias culturales y director general
de Crystal —una empresa que recopila la información de 35 ciudades del mundo a través de 180 cool hunters—, Buenos Aires está en la categoría A, que incluye a "los lugares más influyentes de acuerdo
a su producción de tendencia o cultura global". Comparte el podio junto a Berlín, Nueva York, Tokio y Londres. Le siguen, en la categoría B, Caracas, Miami y Roma. Y en la Cse ubica, entre otras, Punta del Este.

Jueves por la tarde, Galería Ruth Benzacar, Florida al 1000. Bianca Monti y María Lucila D'Amico recorren la muestra de fotos de Marcos López. Se detienen frente a una mujer carnicera, con su
delantal enchastrado de sangre y un cuchillo en la mano. "Las barreras entre lo femenino y lo
masculino se están corriendo, la tendencia es que se abre el juego, que las mujeres también pueden estar en el lugar de los hombres", ensayan, con sus 21 años.

Estudian publicidad en la Escuela Superior de Creativos Publicitarios, que este año estrenó una
alianza con CCR para realizar 25 pasantías. "Queremos formar un equipo de jóvenes que pueda
salir a pescar los códigos de la Ciudad y que le puedan dar sentido a lo que ven", señala Mociulsky. "Para mí es natural analizar y procesar la información. Ojalá se convierta en un oficio", sueña D'Amico, jeans de tiro bajo, zapatillas de marca, remeras superpuestas. En "La Escuelita", así se la conoce entre los publicitarios, la matrícula aumentó un 17% en 2005. "El descubrimiento, la anticipación y el análisis
de tendencias tendrán un espacio exclusivo a partir de 2006 en materias específicas", apunta Adriana Amante, la directora.

La formación de estos recolectores de usos y costumbres también es materia de estudio en la Universidad de Palermo. "En mi cátedra de Diseño de Indumentaria, establecemos sistemas de relevamiento donde los alumnos investigan tribus urbanas consolidadas, emergentes y latentes para luego armar su propia colección", explica Gustavo Lento.

Nestlé, Fargo, Coca-Cola, Sprite, Nobleza Piccardo, Lucky Strike, MTV y Levi's, entre otras, contratan los servicios de los cool hunter. ¿De dónde sale el nombre? Lo creó la revista New Yorker en 1997 para describir el trabajo de Dee Dee Gordon, la pionera en esta especialización, que cruzaba todos los datos obtenidos y los volcaba en su agencia de tendencias Look-Look. Aunque cool en inglés significa "calma", refiere a una expresión cultural ligada a la raza negra como forma de autoexpresión.

¿En qué se traducen estas manifestaciones callejeras? "Se inspira diseño, contenidos de publicidades o consumos culturales, desarrollo de nuevos productos y mayor acercamiento a los segmentos a los que se dirigen las empresas, que cada vez están más interesadas en tener una guía de la sociedad argentina para accionar programas de responsabilidad social. Por eso no nos quedamos sólo en el retrato de los segmentos con poder adquisitivo. Estamos iniciando un curso de cool hunters para poblaciones de bajos recursos", apunta Mociulsky (ver recuadro).

La agencia de publicidad Young & Rubicam suele apelar a estos informes para armar su propia base
de datos y "utilizarla para todas las cuentas", comenta Clarisa Caraballo, supervisora del Departamento de Marketing. Los escenarios porteños que marcan tendencia, como lanzamientos, eventos, desfiles y muestras de arte también son observados por el equipo de periodistas, sociólogos, diseñadores y músicos que reportan para la agencia Ogilvy. "El espíritu es recorrer circuitos tradicionales y no tradicionales", dice Mariana Bricchetto, directora de Planning Argentina.

Una de las pioneras que rastrea tendencias en las calles porteñas es Kiwi Sainz. Entre sus últimas pesquisas, detectó para una marca de helados "la importancia que tenía para los chicos parar en el quiosco, como un mundo de socialización". La caída del consumo de alcohol en Capital, luego de la ley seca, la moda de las bebidas energizantes en los boliches y hasta la actitud de los alumnos del Buenos Aires y el Pellegrini también es materia de estudio de estos analistas.

Jueves por la noche. Otra vez Florida. Bares, shopping, espectáculos en la calle. Las antenas de las cool se orientan hacia una perfumería que promociona la última fragancia de Valentino con una modelo seidesnuda soplando plumas rojas dentro de la vidriera. Concentrada en su baile sensual, quizá nunca se entere de que se convertirá en la musa inspiradora de una nueva forma de comunicar productos, ideas, conceptos....CAMBIOS