El denominador en común: un amor y una pasión por el cine que evidencia en su segundo largometraje, Tiempo de valientes. Comedia policial que al momento de realizar esta entrevista, llevaba más de 200.000 espectadores en su tercer semana en cartel.
–¿El público realmente completa el proceso de producción de una película?–Me parece raro que un director de cine no tenga en cuenta al espectador, tiendo directamente a no creerlo. El cine tiene que ver con la expresión, y para expresarse en este arte en concreto se necesita de una industria. Por más chica que sea una película, dista de un lienzo y un pincel: se necesitan cámaras, movimiento, los técnicos tiene que comer, el proyecto lleva unos buenos meses de rodaje más otros tantos de posproducción, los equipos son costosos. La inversión que genera, acerca este arte que es contar una historia a eventos más industriales, como la arquitectura. Al que le gusta profundamente el cine no reniega tanto de estos costos. El cine incluye el espectáculo. Por supuesto que no me gusta cuando una película es puro entretenimiento y no hay ideas, ni una visión del mundo de un director, que se desprenda de la trama. Cuando se tiene en cuenta al espectador, la obra es más rica. Porque se completa con la visión de alguien, y a ese alguien hay que darle lugar y respetar. No es que se le está hablando a alguien menos inteligente, ni a alguienn más inteligente, sino a un par.
–Truffaut solía decir que hacía las películas que le hubiera gustado ver de joven…–Vamos por la misma senda. Tiempo de valientes tiene la nostalgia de aquel cine norteamericano, el de los 80, que veía en las salas, y el de los 60 y 70 que me llegaba con los inicios del VHS. Creo que está muy presente en la película, pero en realidad el esquema es más parecido al del cine de Buster Keaton: el hombre de intelecto que tiene que probar su valía en el terreno de la acción, y se sumerge en un mundo de aventuras. La película de alguna manera va de Woody Allen a James Bond; dos universos con los que me identifico mucho. Es decir, la neurosis de la vida real, y el universo del cine como aventura, lo que significa filmar películas nuevas, contratar gente, dirigir, tener la seguridad y el peso para manejar a un grupo, cruzar la frontera para ir a festivales. La película atraviesa ese umbral, unifica esos universos.
–¿El éxito alienta o más bien condiciona?
La tarea que el juez asigna a Silverstein es la de atender a Alfredo Díaz ( Luis Luque ), un inspector de la Policía Federal anímicamente devastado por la infidelidad de su mujer.
Así es como Silverstein debe improvisar una itinerante sesión de psicoanálisis mientras acompaña a Díaz en la investigación de un crimen, sumergiéndose progresivamente en el universo policial.
Pero eventos fuera de programa dispararán la trama hacia zonas inesperadas, obligando a los protagonistas a enfrentarse a grandes peligros, físicos y emocionales, para los que, por supuesto, no estarán preparados.
CRÍTICA DE CINE.COM
La mejor comedia del año. Argentina produce otra obra maestra del cine de entretenimiento con una comedia de acción que es sencillamente perfecta. Carcajadas aseguradas durante toda la película. Si sólo ve una película al año, vaya a ver ésta.
Cortometrajes
Los simuladores (2002 y 2003) Serie de TV
Hermanos & Detectives (2006) Serie de TV
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